¿Qué sabemos realmente acerca del mundo de Oriente? Sus religiones, sus prácticas y rituales, gastronomía, costumbres, vida diaria… Todo parece llegar a Occidente ya trastocado por la siempre certera garra del capitalismo, que transforma al yoga en un negocio y al I Ching en una novelería. Por su parte, países como Japón o Corea del Sur se venden en Latinoamérica como ejemplos a seguir en todo sentido… La vegetariana de Han Kang, premio Nobel surcoreana de 2024, retrata una realidad que dista de ser kawaii.
A Yeong-hye, personaje sobre quien gira toda la novela, la conocemos a través de la mirada de su esposo, su cuñado y su hermana. El primero de ellos la considera una mujer poco atractiva, pero «conveniente», en el sentido de que cumple con lo que él y la sociedad en general considera que son sus tareas como esposa: cocina, lava, es callada… Hasta que un día Yeong-hye decide dejar de comer carne. Sus motivaciones inicialmente no resultan claras para el lector, en especial porque su esposo no la escucha. Ella intenta hablar acerca de sueños que la acosan por la noche… Nada de eso importa. La primera parte de la novela parece una larga lamentación del marido con la familia de Yeong-hye debido a su comportamiento. Es casi como si se le hubiera descompuesto un electrodoméstico.
Durante el transcurso de la obra, el lector descubre poco a poco que el supuesto vegetarianismo de Yeong-hye no es tal; se trata de un trastorno mental que la afecta profundamente. A pocas personas de su entorno les interesa y hay uno incluso, su cuñado, que saca un grotesco provecho de su estado de indefensión. Yeong-hye pasa de no querer comer animales a desear transformarse en un árbol. Cumple su cometido de forma parcial, en la medida en que, así como las plantas, vive pero queda completamente a merced de su entorno.
La vegetariana no solo nos ofrece un vistazo a una sociedad tan cerrada, machista y opresiva como la latinoamericana (ciertos pasajes revelan que algunas costumbres son incluso más violentas y arcaicas), sino también a los horrores y desatinos de la psiquiatría. A pesar de los avances en otras áreas médicas, la psiquiatría y las clínicas (de rehabilitación o manicomios) parecen haber progresado relativamente poco, y los tratamientos son más o menos los mismos ya sea en Corea o en Ecuador. Ante la crueldad de su padre, su madre y su exmarido, así como la aproximación hipócrita por parte de su cuñado, Yeong-hye finalmente queda bajo la supervisión de su hermana In-hye, único personaje que demuestra verdadera empatía y preocupación por su familiar y amiga. Han Kang maneja con maestría las tres diferentes voces que narran la novela y su capacidad como escritora queda plasmada en las dos primeras partes, cuando adopta la voz del marido de Yeong-hye y la de su cuñado artista, quien es, por lejos, el personaje más rastrero de toda la novela. La vegetariana es una obra que deja en estado de desasosiego a quien la lea, incluso después de varios días de haberla terminado.